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¿Cuántas veces has confrontado tu orgullo? Cuántas veces doblegaste tu espíritu y tuviste el valor de ir allá y pedir perdón por tus errores.
¿Cuántas veces pudiste reconciliar tu ser con otros?
Lo recuerdas?
Recuerdas como se siente? Cómo entra en ti un nudo en la garganta, de principio te opones, piensas en tu razón, en tus argumentos, después ese nudo baja y se centra en el abdomen, sientes un pequeño escalofrio una debilidad que te hace vibrar y cedes a la tristeza, piensas en el otro ser y lo mucho que te daña estar en esa situación con el o ella, buscas la manera de encontrar y solucionar las cosas, pero es difícil ocurre en ti una batalla interna que intenta defender y a la vez quisiera rendirse, hasta que de pronto tomas la decisión y te armas de coraje, de pronto la fuerza sale de tu interior y un grito desesperado se hace presente, a veces un grito de lágrimas inunda el corazón y se libra de la batalla mostrando lo que es en el interior, las palabras adecuadas salen y rompen el odio, enojo o molestia existente, el resentimiento desaparece y surje un confortante abrazo, uno que restaura los corazones y puedes entonces perdonar y pedir perdón, surge un diálogo profundo y entre palabras y lágrimas el corazón descansa, los suspiros liberan el alma y aparece la paz.

Es hermoso cuando la reconciliación llega, cuando la madurez de ambos seres decide crear un acuerdo.

Pero... Pero ¿cuántas veces tuviste esa batalla en tu interior?, ¿cuántas veces has hecho la paz contigo mismo?, ¿cuántas veces peleaste con tu mente y venciste la ira que te culpa el remordimiento que te ataca la tristeza y la depresión que te persiguen durantes las noches?, ¿cuántas veces has luchado con tu autoestima que lastima tu corazón? ¿Cuántas veces lograste un acuerdo contigo mismo y decidiste perdonarte por tus errores, por tus fracasos, por las veces que te sentiste insuficiente y aquellas que sentiste que no valias nada?, ¿cuántas veces has perdonado a tu ser por dañarte física y mentalmente?, por alejarte, por olvidarte o por dejar cuidarte, ¿cuántas veces has perdonado tu ser por ignorarlo y dejarlo hasta lo último?, por dejar de crecer, por las veces que tú misma ignorancia te hundía, por las veces que te obligaste a odiar, que te ocultaste en las apariencias o que simplemente te dejaste caer en los engaños.
Es tiempo de hacer las pases, es tiempo de decirte a ti mismo perdón, de mirarte frente al espejo y decir " perdóname, lo siento, no era mi intención" es tiempo de abrazarte y llorar, gritar sacar ese nudo de la garganta y ser libre !!

Es tiempo de reconciliarte contigo mismo es tiempo de sonreír y dar la cara al mundo, sabiendo que si caes te levantarás aprenderás de tu error y evitarás caer con la misma piedra porque dentro tuyo hay un acuerdo en el que todo tu ser se ha perdonado y esta dispuesto a seguir de pie aún cayendo aún errando porque es tiempo de levantar la frente y sacar fuerza de nuestro interior y decir "aquí estoy" y todo mi ser está conmigo.

Es tiempo de hacer las pases pero contigo mismo.