¿Has notado que hay situaciones que se repiten con mucha frecuencia en tu vida?
Siempre repites el mismo tipo de relaciones con diferentes personas; se puede manifestar como la relación conflictiva que tienes con tu jefe, las situaciones competitivas que vives con tus amigos y compañeros de trabajo, los conflictos que se repiten con nuevas caras y escenarios tal como la típica situación de conseguir parejas con actitudes similares. Terminas siempre con la sensación de estar en un torbellino que se repite y no sabes la razón, lo único que haces es preguntarte ¿Por qué a mi? Cuando deberías darte cuenta que el elemento en común en cada una de estas situaciones eres TÚ.
La forma en la que nos relacionamos con otros, expresamos y esperamos amor está ligada a nuestro concepto de hogar y familia; a través de nuestros padres o las personas que cumplieron ese rol en nuestras vidas aprendimos a relacionarnos y a medida que crecemos usamos estos modelos para entablar relaciones con otros, sin notar que muchos de estos patrones nos pueden estar saboteando.
Para detener este ciclo de relaciones insatisfactorias tenemos que hacer una pausa y evaluar nuestra experiencia, creencias y patrones aprendidos en nuestro hogar. No es una tarea fácil pero si es una tarea necesaria para tomar decisiones conscientes y construir relaciones saludables con otros y con nosotros mismos.
Somos seres sociales, necesitamos compartir con otras personas y el reto es lograr crear lazos que nos enriquezcan. Por algo decimos que la calidad de nuestras vidas depende de la calidad de nuestras relaciones.