En este mensaje, el pastor profundiza en la importancia de una fe activa, que no solo nos conecta con Dios, sino que también nos equipa para discernir entre la verdad y la falsedad. Exploramos cómo la fe, vista como “una fe preciosa”, nos concede el poder divino para enfrentar los conflictos diarios y nos otorga promesas de paz y propósito. A través de virtudes como la paciencia, el dominio propio y el amor fraternal, descubrimos cómo nuestra fe nos lleva al crecimiento espiritual y a una vida plena en Cristo.