En el primer capítulo de las Crónicas del Ángel Gris, “El reparto de sueños en el barrio de Flores”, aparece la figura tutelar del barrio dedicada a su tarea principal, la de repartir sueños entre los vecinos. El Ángel Gris es un ser sobrenatural ante el cual se puede adoptar dos posturas: o se cree en él o no se cree. El cronista documenta ambas opciones y alista en el primer bando a la gran mayoría de los habitantes de Flores, mientras que el segundo está representado por los Refutadores de Leyendas, racionalistas combativos que se esfuerzan en demostrar la inexistencia del Ángel. Más allá de los testimonios candorosos y de los cuestionamientos prolijos –igualmente candorosos– hay una verdad incontrovertible: todos los hombres sueñan, sean o no vecinos de Flores, y el sentido que le otorguen a esa vida alternativa y misteriosa del sueño siempre va a depender, en última instancia, de sus íntimas convicciones e incertidumbres, de sus anhelos y necesidades: “Y los Hombres Sensibles soñarán que un Ángel los acaricia con sus alas y los Refutadores de Leyendas soñarán que están despiertos y que los ángeles no existen” [17]. En esta primera crónica se delimita el área de influencia del Ángel Gris y se presentan algunos rasgos que distinguen a los hombres de Flores de sus adversarios, por lo general oriundos del vecino barrio de Villa del Parque. La segunda crónica, “Los Narradores de Historias”, informa acerca de estos curiosos personajes, verdaderos responsables de difundir en el barrio relatos de toda índole, “entreveros amorosos, leyendas diabólicas, fabulitas arrabaleras o simples cuentos zafados” [19]. En el mundo mítico que Dolina se propone crear, los Narradores de Historias desempeñan el papel de aedos que garantizan con la memoria la difusión oral de los relatos míticos.
Revista de Literaturas Modernas Vol. 45, N° 2, jul.-dic. 2015: 85-110 LA EVOLUCIÓN ESTRUCTURAL EN LAS CRÓNICAS DEL ÁNGEL GRIS, DE ALEJANDRO DOLINA, Carolina Rita