Episodio 179
En este episodio exploramos la práctica ancestral de la oración continua, una forma sencilla y profunda de orar al ritmo de la respiración. Inspirados por las palabras del joven Samuel —"Habla, Señor, que tu siervo escucha"— aprendemos a aquietar el corazón, a soltar distracciones y a abrir el alma a la voz de Dios.
Hablamos sobre cómo esta práctica encarna una fe que respira, una oración que nos acompaña en medio de lo cotidiano y nos conecta con la presencia constante del Espíritu.
También meditamos en la historia de Samuel y David, y cómo escuchar a Dios fue clave para su liderazgo, su bienestar y sus relaciones.
Este episodio es una invitación a orar sin cesar, a volver al aliento, y a hacer espacio para la voz divina en medio del ruido.
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