Mi trabajo como asesora de imagen implica que hable en público, así que con esfuerzo y perseverancia logro enfrentar mi mayor miedo y utilizo mi tartamudez como el diferenciador de mi marca personal descubro que lo que odiaba hoy es fuente de inspiración para muchas mujeres. Así me doy cuenta que tengo el don de la palabra. Te invito a escuchar tres historias de mis primeras conferencias donde con mi voz tocó la fibra más poderosa, el corazón y al final tartamudeo.