El Gobierno porteño intentó en dos ocasiones derrumbar el Galpón cultural ubicado en la Plaza 25 de Agosto. Los vecinos montaron una guardia para evitar que lo terminen de tirar abajo hasta tanto la fiscalía interviniente resuelva qué se hará con el lugar.
El viernes 30 de septiembre por la madrugada, el Gobierno de la Ciudad y el presidente de la Comuna 15, Martín Garcilazo, fueron hasta Charlone y Heredia con una cuadrilla y rompieron puertas y candados y comenzaron a desarmar el Galpón de Ortúzar, donde funciona un centro de jubilados, una biblioteca popular, el bachillerato popular Berta Cáceres y distintos talleres artísticos y deportivos. Pero el operativo fue frenado por vecinos y se consignó una mediación. Sin embargo, el martes siguiente, gente de la Comuna junto a una empresa privada volvió al emplazamiento para completar el proceso. Desde ese entonces, los ciudadanos se turnan para hacer guardia hasta que el juzgado dicte una resolución.
A pesar de que a se les labró una contravención por ocupación del espacio público, presentaron un amparo que ya está en el ámbito de lo contencioso administrativo. “La presión del GCBA fue muy grande, hasta publicaron un informe de defensa civil argumentando un supuesto peligro de derrumbe. Presionaron y coaccionaron a la fiscalía para que la mediación se diera sin la necesidad de no hacer la obra. Como vimos que eso a nosotros no nos traía ninguna garantía y que la mediación eventualmente ocurrirá por la contravención de ocupación de espacio público, fuimos al fuero Contencioso Administrativo con el recurso de amparo. Desde que el juzgado lo tiene en su poder por el momento hubo un solo auto, que fue solicitando ampliación de información, pero no tuvimos más novedades que eso”, le comentó a este medio Juan Martín Chipano, vecino y participante de las actividades del sitio.
Mientras esperan una medida que inste al Ejecutivo porteño a sentarse a dialogar y resolver el problema de manera pacífica, todas las actividades las hacen en el exterior para que la gente del barrio que todavía está enterada de lo que pasó, lo vea. “Estamos resistiendo desde la alegría del encuentro también, que es un poco el espíritu que tuvo siempre el galpón”, expresó.
Y agregó: “Lo que está pasando es algo maravilloso que a nosotros nos llena de felicidad y de mucha esperanza. Muchos recién estaban levantándose y vinieron a defender este lugar. Desde ese momento la solidaridad y la presencia es permanente. Se armó un esquema de guardias y quien no se puede quedar trae agua caliente o algo para comer. Todas las casas nos abrieron sus puertas para poder pasar al baño cuando estamos sosteniendo la guardia. Se manifestó algo que es el espíritu de trabajo que siempre tuvo el galpón, que es un punto de encuentro comunitario. Realmente nos emociona profundamente y es el motor que sostiene esta lucha, y que logró frenar en dos oportunidades al Gobierno de la Ciudad”.
La administración porteña quiere colocar allí un canil y una posta aeróbica, argumentando un deseo vecinal, aunque Chipano sostuvo que no saben en dónde están manifestados estos pedidos porque no hay ámbitos legítimos de participación para decidir sobre la gestión del espacio público. También aseguró que cuando les pidieron una explicación a quienes fueron a desmantelar el sitio, les mostraron una resolución administrativa que, tal como asegura Juan Martín, no está publicada en el Boletín Oficial y que tenía fecha del día anterior. “No dan los plazos hábiles para que haya una decisión, contratación y adjudicación para que venga una empresa a hacer este trabajo”, aseveró.
Luego del hecho, no hubo ningún tipo de diálogo, ni ninguna intención de entablarlo. La última comunicación que tuvieron con el GCBA se dio cuando regresaron a continuar el operativo y, luego de haber logrado frenarlo por segunda vez, el encargado del mismo les dijo "la tercera es la vencida", según afirmó el vecino.