En nuestra cultura se nos ha enseñado a no mostrar debilidad, todo el tiempo aparentamos estar bien, felices y fuertes ante los demás. pero el Dios todo poderoso, creador del cielo y la tierra se hizo débil tomando forma humana en Jesús para salvarnos por amor a nosotros, enseñándonos que ser débil no está mal. En medio de nuestra debilidad es donde Dios puede mostrar su fuerza ya que cuando nosotros no podemos él si puede.