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Mi nombre es Azucena Bermejo. Nací en Salamanca, España, en 1953. Mi familia emigró a Argentina cuando yo era una niña pequeña, en busca de mejores perspectivas de vida. Nos instalamos en San Miguel de Tucumán, en el Norte Argentino. Cuando era una adolescente, conocí a Jorge Rondoletto a través de su hermana Marta, quien me daba clases particulares de inglés. Ambas familias vivíamos en el mismo barrio de Ciudadela. Jorge era un año mayor que yo. Él fue mi gran amor.

Después de recibirme de maestra, comencé a estudiar Geografía en la Facultad de Filosofía y Letras. Para 1973, cuando Argentina volvió a la democracia, el país vivía un período de mucha convulsión política y con una importante participación del estudiantado en la lucha que atravesaban los sindicatos y las aulas universitarias. Yo militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP), y fue así que pude colaborar en la propuesta de cambios y actualización de contenidos de mi carrera.

Jorge y yo nos casamos en enero de 1976, cuando terminamos de construir nuestro hogar, en la planta alta de la casa de mis suegros. Pero la tranquilidad de nuestra vida conyugal apenas duró unos meses. El 2 de noviembre de 1976, a las 14:00 horas, un grupo de hombres enmascarados y armados irrumpió en nuestro edificio, donde en la planta baja funcionaba una imprenta que pertenecía al padre de Jorge. Los asaltantes, que se identificaron como militares, apartaron a un lado a los empleados y nos llevaron a mí, a mis suegros, Pedro y María, a Jorge y a su hermana Silvia. Yo tenía 23 años y estaba embarazada de cuatro meses.

Nos llevaron a la Jefatura de Policía, y de ahí al Arsenal Miguel de Azcuénaga, un centro de exterminio. En aquel centro clandestino de detención, Pedro, mi suegro, y Jorge, mi marido, fueron fusilados. 

En junio de 2016, un equipo de forenses pudo constatar que los restos óseos de María, Jorge y Silvia fueron enterrados en un siniestro paraje conocido como “el Pozo de Vargas”. Dos meses después también identificaron mis restos. Por último, en junio de 2016, hallaron los restos de Pedro. En ese pozo han sido extraídas piezas óseas pertenecientes a más de cien personas desaparecidas.

Yo fui la única española secuestrada durante la última dictadura argentina que se encontraba embarazada en el momento de su detención ilegal.

Memoria, verdad, justicia.

#30MilSomosTodxs