Soy Lucho Falú, un chango familiero de compartir un vino entre amigos, un canto, ideales de justicia. Hoy es 14 de septiembre de 1976, me siento algo fulero, hace poco me abordaron dos servicios para que les haga una lista con nombres de “esos zurditos amigos tuyos”, como decían. Acaban de secuestrarme a metros de mi casa, la primera sesión de tortura fue en Jefatura, siguieron las de Arsenales, a pesar del horror me sale un coraje que yo mismo desconocía. Nuestra suerte está echada, asesinarnos en grupo de diez compañeros frente a todos los milicos para que tengan claro que eliminarnos es una decisión y que todos ellos deben ser ejecutores de la misma. Bussi mata personalmente, da el ejemplo. Estoy arrodillado, atado, vendado, al borde de la fosa de arsenales, tengo unos segundos antes de sentir el disparo de Bussi en mi nuca para conectarme con padres y hermanos, repasar la vida y también lo anhelado, tener un amor traducido en hijos, enseñar historia en un país libre y justo. Ahora acaban de tirarme al pozo de Vargas, somos muchos y seguimos gritando nuestra presencia. Sé que nos buscan.
Hoy 6 de julio de 2016 identificaron mis restos. En unos días encontraré la paz de un cementerio abrazado y despedido por los que quise y me han querido.
Memoria Verdad Justicia