No pude marcharme ilesa de la noche
los labios nunca son serenos
los agita el silencio
De cada beso uno regresa distinto
o no regresa
y uno se queda solo en las esquinas del mundo
porque estarlo no depende de la gente
de su ruido
depende del silencio que somos.
¿Quieres que mienta?
diga que puedo defenderme
salir victoriosa de tanta palabra tuya
de la torsión que significa habitar también tu cuerpo
o que tú habites el mío como si no tuviese fondo
claro que me apena
la falta de cintura
entre otras cosas
que no quiero que veas
curioso
me observas
como si toda la lluvia se contuviese
para caer allí sobre nosotros
dices:
tranquila amor
no pasa nada
y pasa la ternura de tu verbo
pasa que me recitas al oído sobre tu cama
sobre la nueva sábana de hilos recién comprada
chocamos un segundo nuestros dientes
para cumplir el requisito de equivocarnos
sin agotar nunca todas nuestras destrezas
la próxima palabra es el siguiente baile
afuera en el mundo
no hay mayores secretos que en nuestro interior
y pasas la mano por mi cabello
junto a la caricia que lo aparta de mis ojos
como si tal vez por un segundo
la poesía no doliera
pero duele
duele ser el poema
y como cierto dolor me es placentero
lo dejo
hasta que pase.