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Description

Soneto de la dulce queja

Tengo miedo a perder la maravilla

de tus ojos de estatua y el acento

que de noche me pone en la mejilla

la solitaria rosa de tu aliento.



Tengo pena de ser en esta orilla

tronco sin ramas; y lo que más siento

es no tener la flor, pulpa o arcilla,

para el gusano de mi sufrimiento.



Si tú eres el tesoro oculto mío,

si eres mi cruz y mi dolor mojado,

si soy el perro de tu señorío,



no me dejes perder lo que he ganado

y decora las aguas de tu río

con hojas de mi otoño enajenado.

Alba

Mi corazón oprimido

siente junto a la alborada

el dolor de sus amores

y el sueño de las distancias.

La luz de la aurora lleva

semilleros de nostalgias

y la tristeza sin ojos

de la médula del alma.

La gran tumba de la noche

su negro velo levanta

para ocultar con el día

la inmensa cumbre estrellada.



¡Qué haré yo sobre estos campos

cogiendo nidos y ramas

rodeado de la aurora

y llena de noche el alma!

¡Qué haré si tienes tus ojos

muertos a las luces claras

y no ha de sentir mi carne

el calor de tus miradas!

¿Por qué te perdí por siempre

en aquella tarde clara?

Hoy mi pecho está reseco

como una estrella apagada.