Fue en Inglaterra donde se descubrió la utilidad del grafito para marcar a las ovejas, y del humilde trozo de carbón -emparentado con el diamante- se pasó al estilizado lápiz con cubierta de madera. El lápiz amarillo surge en 1890 como una manera de distinguirlo de las demás marcas, al emparentarlo con la realeza china y encumbrarlo como un producto fino, elegante, de gran calidad y caro. Las imitaciones no tardaron en llegar y hoy día no podemos imaginar ningún otro color en un lápiz que no sea el amarillo para redactar recados, mensajes, cartas o humildes listas del supermercado.
A mano, y cuidando no salirnos del renglón, redactamos un diario de vida con la música de:
JS Bach BWV 1079 Canon Cangrejo en Banda Moëbius.wmv, 3:06 min.
Producción: ¡TANTO QUÉ CONTAR!