Desde que somos niños somos educados bajo una serie de creencias, la mayoría de las veces nos apalancamos en alguna religión, en algún credo en particular y me parece que es tanta la información que vamos introyectando en nosotros que en lugar de cultivar dentro nos ponemos expectantes a todo lo que podamos inyectar de fuera y nos olvidamos de que esa fuerza divina más que en un templo habita realmente en cada uno de nosotros y es así como nos olvidamos de nuestra capacidad creadora y lo dejamos todo en manos de Dios, y nos resulta fácil decir: “Si Dios quiere? Y es que Dios quiere, ¿tú quieres?...
