Cuando alguien nos grita o somos nosotros mismos quien gritamos es una una falta de respeto hacia el otro.
Lo hacemos para que se nos escuche si, pero detrás de los gritos hay otro lenguaje de experiencias vividas manchadas de ira.
Cuando ocurren en la pareja nos impregnan de miedo y desconfianza hacia el que grita , y a no ser que se ponga remedio a tiempo , van a más debilitando la relación .
El problema aún es más grave cuando también se hace con los hijos , produciendo miedo , angustia, dándole en bandeja un modelo a seguir que repetirán con sus parejas el día de mañana .
Los gritos son una acción violenta que más que hacerse oír apuntan hacia una soledad.
Se convierten en un mecanismo de respuesta hacia cualquier evento que habla de una necesidad encubierta y no solucionada del que grita .
Desde yá, puedes empezar a cambiar . Instagram : amarsano.psicologia De Carmen Tudela