A todos nos llega ese momento en la vida en el que nos da pena seguirle pidiendo dinero a nuestros papás para el proceso de la embriagación. Cuando eso pasa no hay de otra más que salir a perseguir la chuleta y financiarnos nuestro vicio. Acompáñanos en esta bonita plática acerca de ese bello arte de chambear, acompañados de una invitada muy intensa y como siempre... una deliciosa chelita.