Listen

Description

8. No olvides que tú y tu hermano habéis llegado hasta aquí juntos. Y ciertamente no fue el ego el que os guio. Ningún obstáculo a la paz se puede superar con su ayuda.
El ego no revela sus secretos ni te pide que los examines y los transciendas. No quiere que veas su debilidad ni que te des cuenta de que no tiene poder alguno para mantenerte alejado de la verdad. El Guía que os condujo hasta aquí aún está con vosotros, y cuando alcéis la vista estaréis listos para mirar cara a cara al terror sin temor alguno. Pero primero, alza la vista y contempla a tu hermano con inocencia nacida del completo perdón de sus ilusiones y a través de los ojos de la fe que no las ve.

9. Nadie puede enfrentarse al temor a Dios sin experimentar terror, a menos que haya aceptado la Expiación y haya aprendido que las ilusiones no son reales. Nadie puede enfrentarse a este obstáculo solo, pues no habría podido llegar a este punto si su hermano no lo hubiera acompañado. Y nadie se atrevería a enfrentarse a dicho temor sin haber perdonado a su hermano de todo corazón. Quédate ahí un rato, pero sin temblar. Ya estás listo. Unámonos en un instante santo, aquí, en este lugar al que el propósito que se te señaló en un instante santo te ha conducido.
Y unámonos con la fe de que Aquel que nos condujo a todos juntos hasta aquí también te ofrecerá la inocencia que necesitas, consciente de que la aceptarás por mi amor y por el Suyo.