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Description

La atracci贸n de la culpabilidad reside en el pecado, no en el error. El pecado volver谩 a repetirse por raz贸n de esta atracci贸n. El miedo puede hacerse tan agudo que al pecado se le niega su expresi贸n. Pero mientras la culpabilidad contin煤e siendo atractiva, la mente sufrir谩 y no abandonar谩 la idea del pecado. Pues la culpa todav铆a la llama; y la mente la oye y la desea ardientemente y se deja cautivar voluntariamente por su enfermiza atracci贸n. El pecado es una idea de perversidad que no puede ser corregida, pero que, sin embargo, ser谩 siempre deseable. Al ser parte esencial de lo que el ego cree que eres, siempre la desear谩s. Y s贸lo un vengador, con una mente diferente de la tuya, podr铆a acabar con ella vali茅ndose del miedo.