No podrás ser libre mientras te percibas a ti mismo como un cuerpo. El cuerpo constituye una limitación. El que busca su libertad en un cuerpo, la busca donde no se puede hallar. La mente se puede liberar cuando deja de verse a sà misma como contenida dentro de un cuerpo, firmemente atada a él y amparada por su presencia. Si esto fuese cierto, la mente serÃa en verdad vulnerable.
2. La mente que está al servicio del EspÃritu Santo es por siempre ilimitada y desde cualquier punto de vista; transciende las leyes del tiempo y del espacio, está libre de ideas preconcebidas y dispone de la fortaleza y del poder necesarios para hacer todo lo que se le pida. Los pensamientos de ataque no pueden infiltrarse en una mente asÃ, toda vez que ha sido entregada a la Fuente del Amor, y el miedo no puede hacer acto de presencia en una mente que se ha unido a Ésta. Dicha mente descansa en Dios. ¿Y quién que viva en la Inocencia sin hacer otra cosa que amar podrÃa tener miedo?