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Nehemías 1:10-11 (La Palabra)
Ellos, tus siervos y tu pueblo, son los que redimiste con tu gran poder y mano poderosa. Escucha, Señor, la oración de tu siervo y la plegaria de tus servidores que sólo desean honrar tu nombre. Concede hoy éxito a tu siervo haciendo que sea bien acogido por el rey.
Por aquel tiempo era yo copero del rey.
PENSAR: Después de más de un año de pandemia, todas las iglesias tenemos la tarea de la reconstrucción. De alguna manera nos identificamos con Nehemías. Sentimos que este es un tiempo para pedir perdón al Señor, por el estado actual de nuestras comunidades y ministerios, y también para pedir la ayuda de Dios en nuestros planes de reconstrucción.
Nehemías tenía la combinación entre arrepentimiento e iniciativa. Le rogó al Señor su perdón, pero también su ayuda, porque era tiempo para actuar, con sabiduría y prudencia, y con decisión. Vamos a ponernos a trabajar, y a cumplir nuestra función. Aunque nuestro esfuerzo sea pequeño, le pedimos al Señor que bendiga nuestros planes.
El lugar en el que estaba Nehemías le permitía el privilegio de hablar con el rey de los persas. Era copero, es decir, que tenía acceso directo a la presencia del rey. Sin embargo, no deja de pedirle a Dios que bendiga sus planes. Así también hoy en día, cada quien, desde su situación particular, le pedimos al Señor que bendiga nuestros planes de reconstrucción.
Tal vez no tengamos muchos recursos, y nuestros esfuerzos sean muy modestos; seguramente hay muchos detalles que no conocemos, pero le pedimos a Dios que bendiga nuestros planes. Vamos a comenzar a reconstruir lo que esta pandemia ha destruido: El ánimo y la alegría, y en muchos casos, asuntos de tipo económico; incluso se ha llevado la vida de seres queridos y nos ha dejado en estado de luto.
Queremos reconstruir la esperanza y la comunidad porque queremos seguir participando en la bendición para el mundo de Dios.
Por eso nos unimos para suplicar al Señor: “Sólo se ve dolor en la cautividad; heridas y temor en la comunidad. Buscando el corazón, quiere encontrar la paz; ¿cómo entonar canción, saber dónde tú estás?
Cuando hicieres volver nuestra cautividad, podremos renacer como comunidad. Como un sueño será el volver a cantar, y nos sorprenderá la risa hasta desbordar.
Haznos volver, Señor, de nuestra cautividad. Restaura el amor de la comunidad”.
ORAR: Dios, bendice los planes que tenemos para la reconstrucción de la vida de tu pueblo. Amén.

IR: Que Dios nos ponga en el corazón lo que haga falta para vivir según su buena voluntad.