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Nehemías 3:35 (La Palabra)
Tobías, el amonita, que estaba junto a él, comentó: — Bastará que una zorra suba a la muralla que están construyendo para que se desmorone.
PENSAR: Las y los reconstructores estamos rodeados por un contexto de incredulidad. Nuestro medio ambiente es un contexto que no cree. Tenemos el ejemplo de Sanbalat, Tobías y Guesén, que forman un grupo de burladores incrédulos que se ríen del proyecto de reconstrucción.
En un contexto de impiedad, incredulidad y falta de fe, insistimos que Dios quiere bendecir al mundo. En este, nuestro contexto, no encontramos razones que valgan la pena para la reconstrucción. La reconstrucción implica creer que Dios quiere bendecir al mundo.
Por su parte, la burla de Sambalat y Tobías implica la duda y la desesperanza. “Estos judíos muertos de hambre están reconstruyendo. ¿Acaso van a ofrecer sacrificios otra vez? ¿Es que se va a restablecer la vida de culto, la oración y la relación con Dios? ¿Otra vez va a haber gente orando a Dios? ¿Acaso nadie los va a detener? Si un perro se sube a su tapia, de vendrá abajo”.
Detrás de esas burlas está la tesis de que Dios no existe, y si acaso existe, no quiere bendecir al mundo. Dios no tiene un proyecto de bendición. Dios es indiferente a nosotros, y por lo tanto, tampoco nosotros debemos tomar en cuenta a Dios. Su entendimiento está entenebrecido, inspirado por una serie de mentiras que estructuran un contexto de incredulidad.
Así es también el día de hoy. Circula la idea de que la existencia es sólo producto de la casualidad, de una serie de eventos al azar, sin sentido ni propósito. Todo lo que existe, existe sólo por casualidad. La humanidad surgió sólo por casualidad, y por lo tanto, no hay ningún sentido ni propósito para nuestra existencia. Es la mentira que dice que Dios no existe, y que el ser humano es sólo una especie más entre muchas otras, y que no tenemos nada de especial como humanidad. Es la mentira que dice que como seres humanos no tenemos una tarea que cumplir en el mundo; no tenemos una responsabilidad de cuidar a todo el planeta; no representamos a nadie –que es lo que dice Génesis 1: representamos a Dios. Dios nos puso en su mundo para cuidarlo y para representar la autoridad o gobierno que tiene Dios sobre todo el universo. Es gobierno de justicia y de bondad.
Esta serie de falsedades de Sambalat y Tobías consiste, en pocas palabras, en esto: Dios no quiere bendecir al mundo, y no hay nada especial en el proyecto de reconstrucción. Estas son las mentiras que alimentan sus burlas. Para ellos no hay nada especial ni valioso en reconstruir al pueblo de Dios.
Pero la verdad es que Dios sí quiere bendecir a todas las familias de la tierra. Porque de tal manera Dios ha amado a este mundo, que ha enviado a su Hijo eterno, Jesús, y este Señor Jesús es la mayor bendición que pueden recibir todas las familias de la tierra.
ORAR: Señor, ayúdanos a recordar tu proyecto de bendición, en medio de nuestro contexto de incredulidad. Amén.

IR: Dios, sácanos de esta prisión, para así poder alabar tu nombre.