Salmo 140:7-9; 13-14 (La Palabra)
Yo dije al Señor: “Mi Dios eres tú, escucha mi voz suplicante”. Señor, Dios mío, mi fuerza salvadora, tú proteges mi cabeza el día del combate. Señor, no cumplas los deseos del malvado, no dejes que sus planes prosperen; no permitas que se enorgullezcan … Sé que el Señor hará justicia al humilde, defenderá el derecho del pobre. Los justos alabarán tu nombre, los rectos vivirán en tu presencia.
PENSAR: Tal vez haya quien aprecia la neutralidad. Les parece que ser neutral es ser más sabio, es no involucrarse en un pleito, es mantener la paz. Sin embargo, nos llama la atención que, en la imaginación de Dante Alighieri, el infierno tiene una sección especialmente dedicada a los neutrales. Y es porque la neutralidad implica no comprometerse. Es andar por la vida sin tomar decisiones importantes. Es vivir una existencia sin color ni sabor, sin arriesgar nada, sin definirse en cuanto a los asuntos importantes, sin hacer olas, sin tomar iniciativas, para no molestar a nadie.
Incluso hay quienes se imaginan que Dios debe ser neutral; imaginan que, si “hace salir su sol sobre justos e injustos, y llueve sobre malos y buenos”, entonces no puede ni debe tomar partido en los asuntos humanos, como si Dios fuera ciego a las injusticias y sordo a los clamores de los desvalidos, como si se tratara de una entidad impersonal, etérea, la fuerza del universo, que no tiene voluntad, ni toma decisiones, que no tiene pensamientos ni sentimientos, ni emite juicios de tipo ético sobre la conducta del ser humano.
Efectivamente, así se ha imaginado a Dios el ser humano, a lo largo de toda su historia. Sin embargo, los antiguos hebreos comenzaron a hablar de Dios de otra manera. En su historia, los hijos de Israel experimentaron a Dios como el Todopoderoso que se pone al lado del pueblo esclavo para liberarlo. Sí puede ver las injusticias, puede escuchar las súplicas de ayuda, y emite juicios de carácter ético en favor de los justos y los rectos.
En el salmo 140 podemos observar claramente este punto. Es la oración de alguien que conoce bien al Dios que no es neutral. Sabe que puede rogarle a Dios que “no conceda al impío sus deseos, ni deje que sus planes prosperen”. Es cierto que hay mucho que no sabemos acerca de Dios. Sus caminos son más altos que nuestros caminos. Sólo podemos hablar de lo que Dios nos ha querido revelar. Pero con toda certeza, este salmo declara que, cuando se trata de asuntos de justicia e injusticia, Dios no es neutral.
Así es como se nos ha manifestado Dios. Es verdadero y no miente. Es justo y no traidor. Es fiel a su palabra y no falso como muchos hombres. Es bueno para rescatar a quien sufre violencia, y en JesuCristo se ha encarnado para experimentar en carne propia la victimización del inocente, y de esa manera ofrecer el enorme poder de su amor para redimir al mundo.
ORAR: Dios santo, enséñanos a ser como tú, que no eres indiferente ante las injusticias. Amén.
IR: “Yo sé que el Señor tomará la causa del afligido y el derecho de los necesitados”.