Marcos 6:38-44 (La Palabra)
Jesús les dijo: — Miren a ver cuántos panes tienen. Después de comprobarlo, le dijeron: — Cinco panes y dos peces. Jesús mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde. Y formaron grupos de cien y de cincuenta. Luego él tomó los cinco panes y los dos peces y, mirando al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a sus discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente. Lo mismo hizo con los peces. Todos comieron hasta quedar satisfechos; aun así se recogieron doce cestos llenos de trozos sobrantes de pan y de pescado. Los que comieron de aquellos panes fueron cinco mil hombres.
PENSAR: Habían planeado tener un retiro en un lugar apartado y solitario, para poder descansar y renovar las fuerzas. Pero mucha gente se enteró y se les adelantó. Cuando desembarcaron ya había una multitud esperando a Jesús a la orilla del lago. El Señor Jesús sintió compasión y dejó el retiro planeado para otra ocasión. La gente estaba desamparada y dispersa, como ovejas que no tienen un pastor.
El rey Herodes, tetrarca de Galilea, no cumplía su papel como líder. Según la ley de Dios, el rey debía hacer las funciones de un pastor, como David había pastoreado a Israel en los caminos de justicia y fe. En lugar de eso, Herodes se portaba como un depredador furtivo y traidor (el Señor Jesús lo llamó zorra en Lucas 13:32). Así es con el liderazgo político del ser humano. Buscan la manera de sacar provecho de su puesto y la gente que pone su confianza en ellos queda desamparada y dispersa.
En cambio, el Señor Jesús se interesa genuinamente por la gente. No los rechaza, sino que comparte sus enseñanzas con ellos. Lo que traía preparado para predicar en su retiro, lo compartió en un retiro mucho más abarcador con toda la gente. Pastoreó a la multitud como un buen pastor. Les hizo descansar en lugares de delicados pastos, junto a aguas de reposo, en grupos de cien y de cincuenta, grupos en los que es posible sentirse parte de una familia, en los que los demás pueden notar nuestra presencia y nuestra amistad.
El Señor agradeció a su Padre celestial la provisión de cinco panes y dos peces. La bendición no consiste en la abundancia de pan, sino en la abundancia de relación afectiva con el Padre celestial. Es relación de fe y confianza, y de gratitud sincera por los cinco panes y dos peces con que se cuenta. Así, el Señor Jesús es verdadero pastor de Israel. Las doce canastas de trozos sobrantes de comida señalan la provisión de Dios para las doce tribus de Israel. Una canasta por cada tribu. No sólo representan el cuidado y la buena administración de Jesús, al no desperdiciar los sobrantes de comida, sino que también son un símbolo de la posición del Rey Jesús como buen pastor de Israel.
Hoy en día, es necesario discernir bien para no depositar nuestra confianza en los políticos, como si fueran ellos quienes desempeñan la función pastoral del pueblo.
ORAR: Señor, si tú eres nuestro pastor, nada nos faltará. Amén.
IR: En el conflicto entre el victimario y la víctima, Dios libera a la víctima y transforma al victimario.
