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Viernes 30 abril 2021 Reflexión devocional de Joel Sierra
ATENDER: Entre ustedes no
ESCUCHAR: Marcos 10:41-45 (La Palabra)
Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enfadaron con Santiago y Juan. Entonces Jesús los reunió y les dijo: — Como muy bien saben ustedes, los que se tienen por gobernantes de las naciones las someten a su dominio, y los que ejercen poder sobre ellas las rigen despóticamente. Pero entre ustedes no debe ser así. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los demás; y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos. Porque así también el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.
PENSAR: ¿Qué aspiraciones animan el viaje de los discípulos hacia Jerusalén? Evidentemente, todos querían solicitar a Jesús algo parecido, si no idéntico, a lo que pidieron Santiago y Juan. Se molestaron con ellos porque se adelantaron a pedir lo mismo que querían todos: Ser los principales ministros del nuevo régimen que seguramente Jesús instaurará como el verdadero Mesías de Israel.
Todo el grupo iba soñando en la proyección de su grandeza, en los puestos públicos que iban a tener, en las riquezas y glorias de ser parte de la corte del nuevo rey Jesús, a pesar de tener entre los salmos que se cantaban durante el viaje a Jerusalén uno que dice: “Señor, mi corazón no es arrogante ni son altivos mis ojos; no persigo dignidades ni cosas que me superan” (Sal 131:1). Estaban lejos de lo que dice el salmo. Soñaban con dignidades más altas de lo que les correspondía.
El Señor les presentó el desafío de ser como niños en cuanto a las ambiciones de poder. Dice el salmo 131:2: “Estoy en calma, estoy tranquilo, como un niño en el regazo de su madre, como un niño, así estoy yo”. Sólo quienes son como niños podrán participar del nuevo reino que está amaneciendo. El liderazgo entre los seguidores de Jesús debe ser esencialmente distinto al liderazgo de los pueblos y naciones. Según la observación del Señor Jesús, en su tiempo, todos los gobiernos humanos someten a su dominio a la población, ejercen su poder y gobiernan despóticamente.
Esa es la lógica del poder político. Pero el Señor manda a sus siervos a ser ejemplos contrastantes de servicio. “Si en el mundo los jefes se agigantan, manejando sus deseos de poder”, el pueblo de Cristo debe seguir el ejemplo de su maestro, que no ha venido a ser servido sino a servir, y a dar su vida en rescate del ser humano.
El liderazgo desde el servicio no se trata de una estrategia novedosa para el desempeño gerencial, sino que es la manera de ser del liderazgo del reino. Independientemente de la supuesta eficacia que pueda tener el servicio como estrategia de liderazgo, para quienes seguimos a Cristo, no hay otra opción que la de imitar el ejemplo del Señor Jesús, que siendo Dios, se humilló para rescatarnos de la muerte.
ORAR: Padre, perdona si nuestro modelo de liderazgo ha sido el mundo y no tu Hijo Jesús. Amén.
IR: En el abrazo de Dios no nos falta nada.