Juan 19:15-19 (La Palabra)
Pero ellos comenzaron a gritar:— ¡Quítalo de en medio! ¡Crucifícalo!
Pilato insistió:— ¿Cómo voy a crucificar a su rey?
Pero los jefes de los sacerdotes replicaron:— Nuestro único rey es el emperador romano. Así que, al fin, Pilato se lo entregó para que lo crucificaran.
Tomaron, pues, a Jesús que, cargando con su propia cruz, se encaminó hacia el llamado “lugar de la Calavera” (que en la lengua de los judíos se conoce como “Gólgota”). Allí lo crucificaron, y con él crucificaron también a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio.
Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero con esta inscripción: “Jesús de Nazaret, el rey de los judíos”.