Muchas veces por las circunstancias tenemos ganas de renunciar, de olvidarnos de todo e inclusive de dejar de lado nuestra fe, pero debemos de luchar con ese pensamiento para seguir adelante y tomarnos aún más fuerte de la mano de Dios.
Nuestra base bíblica de este día es:
1 Reyes 17:12-16 TLA
Pero la mujer le dijo: —Te juro por Dios que no tengo pan. Solo tengo un poco de harina en una jarra y un poco de aceite en una botella. Ahora estoy juntando leña para ver qué preparo para mi hijo y para mí. Después de comer probablemente moriremos de hambre, pues ya no tenemos más comida. Entonces Elías le contestó: —No tengas miedo. Ve y haz lo que has dicho. Pero primero cocina un pequeño pan para mí y tráemelo. Después prepara pan para ti y para tu hijo, pues el Dios de Israel dijo que no se terminará la harina que está en la jarra ni el aceite que tienes en la botella hasta que él haga llover otra vez. La mujer fue e hizo lo que Elías le dijo, y tanto ella como su hijo y Elías tuvieron comida durante muchos días. Ni la harina de la jarra ni el aceite de la botella se acabaron. Así se cumplió lo que Dios había dicho por medio de Elías.
https://bible.com/es/bible/176/1ki.17.12-16.TLA
Hechos 27:21-26 TLA
Como habíamos pasado mucho tiempo sin comer, Pablo se levantó y les dijo a todos: «Señores, habría sido mejor que me hubieran hecho caso, y que no hubiéramos salido de la isla de Creta. Así no le habría pasado nada al barco, ni a nosotros. Pero no se pongan tristes, porque ninguno de ustedes va a morir. Solo se perderá el barco. Anoche se me apareció un ángel, enviado por el Dios a quien sirvo y pertenezco. El ángel me dijo: “Pablo, no tengas miedo, porque tienes que presentarte ante el emperador de Roma. Gracias a ti, Dios no dejará que muera ninguno de los que están en el barco.” Así que, aunque el barco se quedará atascado en una isla, alégrense, pues yo confío en Dios y estoy seguro de que todo pasará como el ángel me dijo.»
https://bible.com/es/bible/176/act.27.21-26.TLA
Juan 21:15-17 TLA
Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Pedro: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos? Él le respondió: —Sí, Señor. Tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Entonces cuida de mis seguidores, pues son como corderos. Jesús volvió a preguntarle: —Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro le contestó: —Sí, Señor. Tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Entonces cuida de mis seguidores, pues son como ovejas. Por tercera vez le dijo: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se puso muy triste de que tres veces le había preguntado si lo quería. Entonces le contestó: —Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero. Jesús le dijo: —Cuida de mis ovejas.