¿Cuántas veces nos hemos ofendido por cosas que después hemos considerado tonterías? Aveces solemos otorgarle mucho poder a ciertas palabras o a ciertas personas sobre nuestras emociones y es ahí cuando no tomamos buenas decisiones debido a que cuando las emociones suben, la inteligencia baja, es un cliché antiguo, pero lo considero acertado. Ahora, si queremos evitar que las palabras y las personas nos controlen a su antojo vamos a tener que practicar el arte de mantenernos calmados todo el tiempo, sin llegar a ser sumisos, pero siendo muy asertivos. Para esto; la mejor técnica para mí es simplemente pensar en las consecuencias que podrían venir después de una reacción impulsiva o agresiva, recuerda que cada uno tiene sus propios límites así que si eres consciente de ello sabrás leer tus estados internos para tomar buenas decisiones.