Ni siquiera imaginamos el poder que cada sonido que sale de nuestra boca, tiene. Es muy fácil estructurar frases según la mente va dictando el guion de lo que tenemos que ir diciendo, sin estar conscientes de la capacidad creadora de cada palabra emitida. Cuando sabemos que "EL DECIR" es una de las formas con mayor jerarquía para plasmar realidad, nuestro proceso de comunicación se vuelve pausado y congruente, dejamos salir la información que sabemos que nos va a mostrar lo que queremos tener de vuelta manifestado en nuestra vida.