Sin importar si vives en una ciudad, en la montaña, en la playa o en un desierto, la interacción que tienes con los elementos que no son fabricados o construidos por el hombre, debe mantenerse fuerte y constante. Sencillas acciones como salir a ver el amanecer, voltear a ver el cielo en algún momento del día, subir a la montaña, ir a la playa, e interactuar con el entorno natural, debe ser una extensión de nuestro ser, de la conexión con nuestro origen primario, del todo del que formamos parte. ¿Estás conectado con los elementos naturales, o sientes que son ajenos a ti? Tomar el sol, sentir la arena en los pies, caminar bajo la lluvia, observar las aves, las estrellas y las nubes, la conexión está en los pequeños detalles...