Es una expresión verbal con la que aprobamos una situación, pero es también una extensión de la corazonada a favor de algo. Ese impulso que nos da luz verde para seguir adelante con algún proyecto, para aceptar una invitación, viaje o propuesta, es la afirmación del cuerpo que avala el hecho, para continuar. Es una frase muy sencilla pero muy poderosa ya que con sutileza y suavidad decreta la afirmación de nuestro consentimiento, pero igual es poderosa al revés al rechazar la situación, propuesta, invitación y hasta personas, al decir "no me late", bloquea y cierra la posibilidad. Me late se expresa desde el corazón y desde ahí con toda la conexión con nuestro ser, nos permite abrir posibilidades.