"Voy a ayunar desde que amanezca y a las dos de la tarde le entregaré mi ayuno al Señor" - dijo una hermana dispuesta a ayunar ocho horas al día. "La oración no está funcionando, es momento de redoblar esfuerzos y añadirle el ayuno" - dijo un hermano al ver que su petición no era concedida. "Este problema en que me encuentro necesita solución inmediata, sólo orando no se arregla, vamos a añadirle compromiso con el ayuno" - Dijo el que andaba urgido de una solución.
El ayuno es una práctica tan común y familiar que parece normal e incluso obligatorio que los cristianos eventualmente ayunen. Y para muchos resultaría innecesario además de extraño el preguntarse si es una disciplina realmente ordenada por Dios.
Pero ¿Qué fundamento bíblico podemos citar para hacer del ayuno una disciplina cristiana? ¿Realmente Dios espera que sus hijos dejen de comer a fin de hacerles receptores de Su bienestar?
Muchos argumentos y motivos se plantean para recomendar el ayuno:
{1} “Ayunar es dejar la comida para pasar más tiempo con Dios” - pero este es un falso dilema ¿Acaso la comunión con Dios y el disfrutar la comida que él provee son asuntos contradictorios, excluyentes o en conflicto?
{2} “Ayunar es combatir los apetitos de la carne” - pero "los deseos de la carne" no son precisamente el equivalente al difrutar la comida provista por Dios, sino pasiones pecaminosas e intenciones impías; cosas que no se resuelven simplemente dejando de comer, sino que requieren sometimiento a Dios, santificación y arrepentimiento.
{3} “Ayunar es una limpieza para tu ser” Pero entonces ¿Comer ensucia nuestro ser? ¿Acaso no fue Jesús mismo quien dijo que no es lo que entra al cuerpo lo que contamina al hombre? ¿Hay algo intrínsecamente malo en la comida como para evitar degustar los alimentos a fin de mantenernos limpios?
{4} “Ayunar es un sacrificio de adoración” - Pero Dios dice que los sacrificios que espera son "el corazón contrito y humillado" no es estómago vacío... además, ¿Qué concepto de "sacrificio" emplea esa expresión? ¿Ofrendamos, otorgamos, transferimos o damos algo a Dios al soportar el hambre?
La tesis de este episodio es muy sencilla: La práctica de soportar el hambre, comúnmente equiparada con el concepto de "ayuno" que encontramos en la biblia, NO es normativa NI necesaria para la santificación y el crecimiento en Cristo - como sí lo son el arrepentimiento y la mortificación del pecado.
¿Sabías que los discípulos de Jesús de hecho NO ayunaban?
Quizá quieras escuchar este episodio para evaluar los argumentos de esta postura sobre la práctica de soportar el hambre.
