La medicina ha tenido grandes avances a partir de que las herramientas y recursos para realizar análisis y diagnósticos han mejorado - rayos x, tomografías y resonancias han permitido ver dentro de los cuerpos con cada vez mayor precisión y así hemos podido tener diagnósticos más exactos y certeros.
Pero la anatomía humana es más compleja - no somos solo cuerpos, tenemos una dimensión espiritual, un "YO INTERIOR" - mente, corazón, alma, espíritu y entrañas - son términos bíblicos para referirse a este "yo interior".
Muchos son los intentos que se hacen para "leer" al yo interior; tratando de analizar los pensamientos, intentanto descifrar el por qué de neustra personalidad - psicología,grafología, psicoanálisis - diversas maneras se han probado intentando "diagnosticar" al ser humano a nivel de pensamientos y motivaciones.
Sin embargo, sólo Dios y su palabra tienen tal poder para "leer" al ser humano - Su palabra que es viva y eficaz, puede visualizar hasta lo más profundo de nuestro ser y llegar a la médula de los pensamientos e intenciones más secretas de cada persona (Hebreos 4:12) - dado tal poder de penetración y lectura por parte de Dios, no hay engaño y disfraz que pueda contradecir el diagnóstico de Su palabra.
Honramos a Dios y su palabra cuando en gratitud recibimos su voz como la evaluación autoritativa de nuestra vida, cuando confiamos en su palabra como el diagnóstico certero de nuestra condición - cuando en sinceridad aceptamos la gravedad de nuestra condición caída y con penitencia sincera procedemos a luchar contra el pecado, sometiéndonos a Cristo como nuestro Señor y Redentor - poniendo los ojos en Él para avanzar en esta carrera.
