Muchos quieren creer que las diversas religiones del mundo son muy diferentes en sus formas, pero en el fondo comparten una fe común - y sobre este presupuesto se proclama la tolerancia religiosa como el ídolo de la religiosidad colectiva y el ecumenismo.
Sin embargo, la verdad es todo lo contrario a este pensamiento - en realidad, las religiones son muy parecidas en sus formas (todas ellas contienen ritos y ejercicios espirituales como oración, cánticos, ceremonias y membresía), pero la diferencia está en el fundamento, en los principios sobre los que se practica esa forma de "espiritualidad".
La religión cristiana, que no es de confección humana, sino divina - y no es una opción entre varias, sino la única exposición del único medio de salvación para el ser humano; NO es una religión principalmente de ritos y ceremonias, sino de la PALABRA. Es la palabra la que rige la fe, la liturgia, las ceremonias y la vida de la iglesia - es la palabra la que termina siendo la norma de fe y conducta de cada creyente en Jesucristo.
En la religión cristiana, el libro sagrado, la biblia; no es un amuleto, ni accesorio decorativo, ni recurso de uso eventual - el cristianismo se vive a biblia abierta; este libro se vuelve realmente LÁMPARA a los pies de los cristianos y LUMBRERA para el caminar de cada creyente en Cristo.
El consejo completo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria y para la salvación, fe y vida del hombre, está expresamente expuesto en las Escrituras, o se puede deducir de ellas por buena y necesaria consecuencia, y, a esta revelación de su voluntad, nada ha de añadirse, ni por nuevas relaciones del Espíritu, ni por las tradiciones de los hombres. Sin embargo, confesamos que la iluminación interna del Espíritu de Dios es necesaria para que se entiendan de una manera salvadora las cosas reveladas en la Palabra…
- Confesión de fe de Westminster
