Muchas veces, el mañana alimenta la esperanza; “mañana será otro día”, “si no sana hoy, sanará mañana”. Es también el mañana el escenario donde se encuentra el cumplimiento de muchos planes y proyectos – pero así mismo, el mañana sirve en muchas ocasiones como escape, como excusa para la pereza, como pretexto para la negligencia e incluso como licencia para la desobediencia.
Tengamos cuidado de no hacer del mañana un aliado del vicio, la ociosidad y la necedad – cada día trae su propio afán y por lo mismo, cada día requiere ser bien invertido.
“Vosotros también, poniendo toda DILIGENCIA por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”
2 Pedro 1:5-8
