La paz, definida en términos bíblicos, no es una experiencia sentimental ni un estado emocional - es la situación interpersonal de armonía y bendición entre Dios y el hombre.
A causa del pecado, la paz (el shalom) se tornó en conflicto, enemistad y separación - ANTE DIOS, el hombre quedó manchado, torcido, maldito y hostil.
Quizá el ser humano experimente cierta "paz" al intentar vivir separado de Dios, deleitándose en la vanidad de la vida - pero se trata de una falsa paz, producto de la ignorancia de su condición de perdición y juicio "delante de Dios".
Cristo vino a traernos verdadera PAZ - reconciliación con Dios, libertad de la corrupción y salvación de la condenación - nuestra paz, por lo tanto, no se reduce a remiendos circunstanciales, sino que se fluye de la restauración de nuestra comunión con Dios por medio de Cristo Jesús.
Jesús dijo "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da..." Juan 14.27
