El ayuno es una práctica antigua que se usaba para expresar aflicción, tristeza, luto y amargura - generalmente no consistía solo en dejar de comer, sino además la persona se vestía de cilicio (una ropa áspera e incómoda) y se esparcía cenizas sobre la cabeza.
Es curioso que la práctica actual del ayuno consiste solo en dejar de comer pero no se incorporan los elementos de cilicio y ceniza - "Es que esos son simbólicos" - dicen algunos. Pero ¿No será que incluso el ayuno es un asunto que debe considerarse también como un símbolo y no como algo que deba practicarse literalmente. Es decir, que debemos afligirnos y lamentarnos por el pecado en arrepentimiento y quebranto, sin necesidad de aguantar el hambre.
Resulta interesante, y para muchos sorprendente, descubrir que los discípulos de Jesús NO ayunaban - y tanto los fariseos como los seguidores de Juan el Bautista preguntaron a Jesús ¿Por qué tus discípulos no ayunan? - ¿La respuesta? "¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos?" (Mat 9:14-15) - La respuesta de Jesús es sencilla y contundente: estamos de fiesta - hay gozo y celebración, no tenemos motivos para llorar o lamentar. El ayuno (y el cilicio y la ceniza) es apropiado para quienes están de luto, pero Cristo ha venido a cambiar la tristeza en gozo y el llanto en alegría - por tal motivo, los cristianos NO necesitan ayunar.
Pero tendrás que escuchar este episodio para oír el argumento completo.
Ya volvimos, andábamos de vacaciones - pero aquí está un episodio más del podcast UnaVidaReformada.
