Estamos condenados a ser libres. Debemos tomar más acciones para aspirar al futuro sin estar determinado por nuestro pasado, trazarnos metas y desde ahí construirnos. Ejercemos nuestra libertad decidiendo nuestros límites, decidiendo hasta dónde llegamos y qué si hacemos o no. El no decidir o no hacer también es hacer y es una forma de participación social.