El 19 de abril de 2012 no hubo un concierto más. Esa noche se presentó en el estadio El Campín de Bogotá, sur Paul McCartney... Asistí al concierto con mi hijo Víctor Miguel que desde que estaba en el líquido amniótico suspiraba por los Beatles. Verlo saltar de alegría, con el corazón palpitante, con las canciones ahogadas en el cuello me conmovió...
Nunca creí que podría ver a McCartney en vivo y menos con él a la misma edad en que yo los estudiaba con dedicación milimétrica en mi exploración de gustos musicales de la adolescencia.