Piensen en alguien que consideran que tiene “talento” para algo o que se “destaca” en lo que hace. ¿Qué hace? ¿Cómo lo hace? ¿Se esfuerza? ¿Tiene suerte? ¿Tiene facilidad para hacerlo? ¿Qué creen que tiene de especial?. De esto conversamos en la primera columna del Capitán Obvio en el DESTAPABOCAS junto a un invitado especial: Pablo Rossi, uruguayo viviendo en Temuco, Chile, quien hace unos años fue espectador del Ironman de Pucón y ese día se propuso entrenar para poder algún día llegar a disfrutarlo nuevamente, pero esta vez como competidor.
Analizamos como ejemplo el proceso de admisión para ingresar en West Point, la academia militar de Estados Unidos, proceso muy pero muy complejo. Requiere haber sacado una nota muy alta en el SAT (la prueba de aptitud para entrar en la universidad) o en el examen exigido al terminar los estudios secundarios. Comienzas este desafiante proceso el penúltimo año de tu bachillerato, (5to de liceo nuestro) Tenes que conseguir una carta de un senador, congresista, o hasta del vicepresidente de Estados Unidos! Se anotan más de 14.000 solicitantes, 4.000 logran entrar a la primer etapa. Poco más de 2500 logran superar las pruebas académicas y físicas, y de este grupo 1200 son admitidos finalmente, PERO UNO DE CADA 5 abandonará West Point. ¿POR QUÉ? No es tan importante su habilidad, su talento, sino su capacidad de ser PERSEVERANTES, de ESFORZARSE.
Nuestro potencial es una cosa, lo que decidimos hacer con él es otra, obsesionarnos con el talento nos impide ver que lo que realmente debemos atender es NUESTRA PASIÓN Y PERSEVERANCIA
Los grandes triunfadores tienen una tenacidad y fortaleza fuera de lo común y saben que es lo que quieren para su vida. No solo tienen determinación sino que saben a dónde quieren llegar. Es la combinación entre la pasión y la perseverancia.