En el sermón de la montaña Jesús nos habla de muchas cosas, entre ellas, del adulterio y el divorcio y nos deja la enseñanza que el adulterio empieza en el corazón del ser humano y que va destruyendo la belleza del amor conyugal y la fuerza que este tiene para dar vida y felicidad. El divorcio aparece en segundo plano pero como consecuencia del mal uso de nuestras pasiones representa el fracaso del hombre que se de la guiar por sus deseos antes que por su capacidad de amar y ser fiel.