Hoy vivimos en un periodo muy especial de la historia de la iglesia, un periodo en el cual la iglesia atraviesa por estrechez y si bien para muchas personas los momentos de aflicción, dificultades y oposición son tiempos difíciles y de falta de oportunidad, sin embargo para nosotros los que estamos en Cristo debemos saber, que todo tiempo sin importar la forma en la cual éste se presente delante de nuestros ojos, es un tiempo de oportunidad, crecimiento y ensanchamiento… Creo con todo mi corazón que si queremos asirnos del futuro que Dios quiere para nosotros, necesitamos comenzar por involucrar a Dios en nuestro presente, sólo de esa forma es que podremos enfrentar y superar las adversidades del presente, los desiertos que nos sentencian, los problemas que nos abruman y todas aquellas experiencias de vida que muchas veces nos dejan ver entre líneas que nuestro futuro no será como esperamos o deseamos y lamentablemente cuando no tenemos una fe firme en el Señor abrazamos estas sentencias y nos rendimos conformándonos a vivir de acuerdo a lo que las circunstancias nos permitan y algo que debes de saber es que ese no es el propósito de Dios para tu vida.
