“Como hijos de Dios debemos entender que el propósito de Dios para nuestra vida es el que seamos plenos y felices (estabilidad interna) y seamos prósperos y productivos (estabilidad externa), sin embargo cuando no somos cuidadosos en priorizar lo que nos edifica y conviene, tomamos decisiones que nos hacen quedar en deuda con nosotros mismos”