Listen

Description

La leche era esencialmente una toxina para los adultos porque, a diferencia de los niños, no podían producir la enzima lactasa necesaria para descomponer la lactosa, el principal azúcar de la leche. La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir correctamente  la lactosa presente en la leche que puede ocasionar molestias  gastrointestinales como gases, diarrea.

Con el tiempo (hace unos 7.500 años) una mutación apareció en las  poblaciones ganaderas del norte y centro de Europa de forma que era  posible digerir la leche de otros animales y aprovecharse de su gran  aporte nutritivo.

RECUERDA QUE NOS ENCUENTRAS EN LAS REDES SOCIALES COMO: @meloplaticaron