Empecé a grabar este texto con muchas ganas porque, desde la mirada de un niño, se mete con una situación de violencia por razones de género y un femicidio, un flagelo al que las sociedades posmodernas estamos (lamentablemente) cada vez más acostumbrados a ver. Realmente me conmovió muchísimo el relato, seguramente quienes sean ávidos oyentes, notarán una inflexión emocional en mi voz hacia el final de la narración, pero creo que es importante que se hable de estas situaciones, que no las solapemos nunca, y si este pequeño espacio sirve de algo en la lucha contra la eliminación de todo tipo de violencias, entonces habrá cumplido con creces con su deber.