Las obras de la carne son el producto del descuido de un cristiano. Así como la maleza crece sin haberla cultivado las obras de la carne brotaran sin problema de la vida de un creyente negligente. La bendición De Dios está al alcance de todos, pero solo aquellos que trabajen su carácter disfrutarán los mejores frutos del Espíritu Santo. La Biblia dice: Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada. (Hebreos 6.7-8)
