Hay veces que nos sentimos como una vara seca, sin vida y sin fruto. Muchas veces pasamos por momentos de sequía espiritual, donde nos falta la pasión y perdemos el propósito en Dios. Una de las mayores estrategias del diablo es aprovechar estas bajas de animo para atacar nuestra identidad espiritual. Hoy Dios quiere recordarte que no importa lo que sientas, ¡tu volverás a florecer!