Por nuestra naturaleza tenemos la tendencia de buscar seguridad. Conforme vamos creciendo, nuestras ideas de cuáles son las fuentes de nuestro bienestar van cambiando.
Generalmente creamos una dependencia externa hacia cosas, personas, ideales... que tendemos a confundir, casi siempre sin saberlo, con fuentes de seguridad y felicidad temporal para completar o justificar nuestra existencia.
Tal vez han sido muchas las veces que hemos confundido esa satisfacción por lo que hacemos o tenemos, y muy pocas las veces que nos hemos sentido plenos por lo que realmente somos.