El propietario de la tienda, un piñatero y emprendedor llamado Mario Lara, ha revelado que un día se dio cuenta de que una de sus piñatas había cambiado de posición. En un intento de ahuyentar al espíritu maligno, colocó velas encendidas alrededor de la piñata. No obstante, una vez que lo hizo, comenzaron a ocurrir sucesos incluso todavía más escalofriantes. Por fin, decidió instalar cámaras para ver lo que realmente estaba pasando.