En un universo distópico, un violento deporte es lo único que alimenta a las masas. Sin embargo la escala social es increbrantable, cuando el mejor jugador de Rollerball comienza a hacer preguntas sobre los gobernantes aparecen los problemas. Los '70 tenían mucho de escenarios distópicos de futuros horribles y sin libertades, la aguja hipodérmica de los medios inyectando ideas y controlando a masas sin decisión; así como la necesidad de que alguien se revele al sistema. Aprovénchenlo porque en ya en los '80s nos adaptamos y dejamos de quejarnos.
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