Salí a la clínica, a la farmacia, a comprar pan y cuando regresé a la casa me invadían casi todas las emociones básicas: miedo, tristeza y asco.
Mi esposo me abrazó y lloré, lloré muchísimo…
Entonces pensé que necesitaba compartir todo esto contigo, siento que a muchos de nosotros nos pueden pasar situaciones similares a las cuales no estábamos, ni de lejos acostumbrados y puede ser bueno prepararnos para que los eventos que nos vienen o, por lo menos, saber que no seremos los únicos que vamos a sentir muchas cosas diferentes.
No es corto pero es real y tiene algunos tips pensados para ti que espero te sirvan para sobrellevar la situación de la mejor manera posible.
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